Mediados de los 40
La Liga de los Comunistas encarga a Engels y Marx un ensayo sobre las ideas que ellos defendían de forma tan fanática. Fue una década de altibajos demostrando los últimos conatos revolucionarios contra el Antiguo Régimen y los primeros síntomas del movimiento obrero o, como pujó Marx, Revolución proletaria. El término comunismo se refiere a un sistema social en el que todos los miembros de la sociedad contribuyen más o menos equitativamente a la producción de bienes y alimentos. Aquí apenas hay lugar para el conflicto social. Lo que caracteriza al comunismo no es la abolición de la propiedad en general, sino la abolición de la propiedad burguesa, es decir, de la propiedad privada; pero como he indicado antes, lo indispensable se tiene que repartir equitativamente. En la misma medida será abolida la desigualdad. Lo mismo ocurre con las ideas religiosas, morales, políticas, jurídicas, etc., que se han ido modificando a lo largo de la historia; aquí el comunismo quiere abolirlas -en lugar de darles una forma nueva- para que así desaparezcan las diferencias entre las clases. Según Marx, el proletariado acabará tomando conciencia de su explotación y, uniéndose todos por encima de las fronteras nacionales, se enfrentarán directamente con la burguesía, iniciando de este modo una nueva etapa. El proletariado tendrá que centralizar todos los instrumentos de producción en manos del Estado y surgirá una asociación en el que el libre desarrollo de cada uno será la condición del bienestar. Reflexión El Manifiesto nos ha dado la oportunidad de conocer la situación tan pobre del proletariado de la época frente al capitalismo, que por aquel entonces se presentaba como un sistema muy perjudicial para la clase obrera, por lo que ésta fue relativamente fácil de convencer para que llevara a cabo la revolución. El principal obstáculo que tiene hoy día el comunismo es que se ha cambiado mucho el fundamento que dieron Marx y Engels cuando querían analizarlo. Desde Stalin a la democracia de los países globalizados, no se ha tenido en cuenta los pilares, la crítica y las fases para llevarse a cabo. ¿Por qué Marx no pensó en los países menos desarrollados? Este factor, en vez de debilitar el capitalismo, lo ha hecho, si cabe, más fuerte, ya que está apoyado por la mayor parte de la clase obrera occidental. Creo que el mundo globalizado no tiene esa conciencia de clase y que poco a poco se ha ido viendo que no hay cabida para una Revolución proletaria porque el capitalismo ya ha llegado a su máximo desarrollo. Además, cabe señalar que la competencia no ha hecho que la burguesía sea tan rica y el proletariado tan pobre; y por último, queda demostrado que una colectivización de la economía es un desastre para un país. Este es un punto de vista particular, aunque si tomasen conciencia de clase, quizá los proletarios deberían unirse como proclamó Marx. ¿Hay posibilidad de mejora?
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Rebeca AtienzaLicenciada en Ciencias del Trabajo. Actualmente cursando Máster Formación Profesorado FOL y Antropología Social y Cultural Categorías
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Marzo 2018
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